Su antiguo edificio, construido como cabaret durante la “época de oro” de Pichincha, ya dice mucho. Las letras pintadas sobre lo alto de la fachada indican que mucho tiempo después funcionó El Levante, una de las más recordadas milongas rosarinas. Y desde noviembre de 2019 Casa Brava es, como dicen en la redes, “todo lo que está bien” en Rosario.
Con la mística intacta, le dieron forma a un lugar inédito en la ciudad, con categoría, diseño, alma, buena onda, buena comida, excelentes tragos, chop y sidra fría y -el corazón conceptual del lugar- decenas de bandas que suben al escenario (aparte de La Banda de la Casa, con repertorio de clásicos de jazz y funk) y que pueden disfrutarse -¡atenti!- sin pagar entrada. Parece una locura, y lo es…
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Los miércoles, jueves y domingo es prácticamente un lugar para cenar viendo una buena banda en el escenario (la programación está fríamente pensada) con una buena sobremesa de bebidas. Los viernes y sábados son los platos fuertes, pasa lo mismo que los otros días pero con las bandas más convocantes y con una trasnoche masiva de djs grooveros. Y los números no mienten, el lugar estalla.
Para comer se destacan las papas de la casa (exquisitas papas fritas caseras con una fusión de salsa brava y alioli); la burguer de la casa (con pan tipo brioche, medallón de carne casera procesada, muzzarella, tomates asados, cebolla confitada, el mismo aderezo que llevan las papas y rúcula); los montaditos de langostinos (una base de plátano frito, guacamole y arriba langostinos rebozados) y la baguette de carne de entrecot desmechada con muzzarella más vegetales asados.
Para tomar: el chop de Heineken es la gloria, el gin local La Salvaje y el inglés Beffeater son los más pedidos en gin tonic, y el trago estrella es el Simpatía con el diablo (Wild Turkey Bourbon, Cynar, almíbar de miel y jengibre, jugo de lima, bitter de cardamomo, lámina de jengibre y menta).
Lo mejor: podés ver excelentes bandas sin pagar entrada, el local está acustizado y el sonido es tope de gama; hay buena onda, mezcla de ondas y estilos, buenos djs, tiene una cúpula vidriada por donde podes ver las estrellas, el personal de seguridad es respetuoso, tiene buenas vasos de vidrio… y todo eso a un precio accesible.
Lo menos bueno: por la gran demanda es muy difícil reservar mesas, y, los fines de semana, si te colgás (y llegás tipo 1 AM) tenés que morfarte una cola para nada despreciable. Aparte, los findes, si llegaste medio tarde y te empezó a picar el bagre, después de la medianoche no se marcha más comida.
Data extra: Si suena Simpathy for de devil, de los Stones, disfrutá los últimos momentos en el bar porque es el tema con el que cierran todas las noches.
Pichincha (ex Richieri) 120 / B° Pichincha
Miércoles y domingos de 20 a 1 hs, jueves de 20 a 2, viernes y sábados de 20 a 4.30.
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Toman reservas desde el Instagram (aunque es difícil conseguir mesas los viernes y sábados).
Durante la cuarentena permanece cerrado, peeeero, fiel a su estilo armó una linda agenda de recitales en streaming. ¡No esperábamos menos!
Y también están mandando combos de latas de cerveza y de gin. En breve, lanzan la cocina.
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