Se acerca navidad y fin de año y -entre el calor y el cansancio acumulado- nos vamos arrastrando por la ciudad mientras imploramos que lleguen las vacaciones. Y a la vez, ya estamos estresadxs de tantas despedidas. Por eso, creemos que una buena opción de despedida con la gente del laburo es meter un after office fuerte, salir del trabajo y tirarse de clavado al bar. Para eso te traemos 5 bares para meter un after office como se debe (en verdad son 6).
–] Esta nota está auspiciada por Cecchini que, entre tantos productos que venden, también tienen accesorios ideales para lucir en el bar. ¡Entrá a su tienda virtual y chequeá todo! [–
- Chinchibira (Santiago y Jujuy)
En esta esquina de Pichincha (el distrito de la diversión) tenemos este bar que tiene mucha historia, muchos cambios de cara también, pero manteniendo siempre la línea de lugar de alta calidad. ¿Quién no quiere sentarse un ratito en esas mesas de la vereda y pedirse alguno de los tragos de la extensa carta que tienen en la barra? O, quizás mejor, ¿quién no quiere adentrarse en la oscuridad chinchibiresca y sentarse en la barra? Desde la barra el mundo se ve más lindo. Acercate al bartender y pedile que te recomienden algo para tomar y disfrutalo poniendo el ojo en los detalles de la ambientación interior.

¿Dan ganas de entrar a Chinchibira, no?
- Hunter (Oroño 46, entre Jujuy y Brown)
Un bar que está sobre Boulevard Oroño siempre corre con ventaja. Hunter sin embargo un micromundo en su interior, con un diseño exquisito, con cabezas de ciervo y rinoceronte colgadas de la pared (de mentira, claro), y luz tenue. Todo eso hace que nos haga acordar a esos bares oscuros que vemos en las pelis yanquis. Buena comida, linda barra con tragos de autor, y buena música. Ambiente +30 con opciones de “levante”. Para el after, algunas papas y quesadillas van a estar muy bien. Si te quedás a comer tienen un salmón con vegetales salteados que da que hablar. Para tomar, si querés probar algo distinto en serio, pedite un Waiwai, te lo traen en una jarra estilo Tiki que te va a dejar con la boca abierta.

Hunter, en el Boulevard Oroño y con una barra de autor.
- Plaza Pichincha (Alvear 41, entre Jujuy y Brown)
Desde barras de tragos a una heladería en la planta baja. Si tenés un grupo de amigxs o compañerxs de estudio o labor ecléctico, incluso complejo para pedir la comida, este es su lugar. Hay opciones para todos los gustos: panchos fabulosos, pinchos exquisitos, estos últimos los encontrás en el primer piso, ahí se cocinan en los hornos de barro. Lxs fanas del vino tienen una barra exclusiva para tomar vino por copa. Los más ejercitados pueden subir al tercer piso, donde el techo es el cielo, y como recompensa no solo tendrán una linda vista al barrio y a las chimeneas de ladrillo, sino también una barra oval que la rompe. Ya que estás ahí, apreciá el trabajo de diseño que hicieron los arquitecto de BBOA.

Plaza Pichincha tiene una terraza hermosa para cuando cae la tarde.
- Abarrote (Paraguay 732, entre Pje. Álvarez y Santa Fe)
El ritmo frenético del micro centro rosarino no termina cuando cae el sol porque se traslada a Abarrote. Difícil conseguir mesa pero tranqui, que hay recambio constantemente, entran y salen los que rajan de las oficinas para aflojar el día -los after office tradicionales- y van llegando los grupitos que llegan a elegirse un vino en la bodega -literal podes agarrarlo de la góndola y brindar acompañados de unas lindas (¡posta!) y lindísimas y abundantes picadas. Al fondo tiene una fiambrería, y siempre es bueno estar cerca de una fiambrería. Ya dijimos que también es una vinoteca, así que quizás también podés aprovechar y comprar algún regalo y así matás dos pájaros de un tiro.

Abarrote es como estar adentro de un almacén.
- Patagonia Microcentro (Italia 855, entre Rioja y Córdoba)
Quien alguna vez fue al bar Patagonia original, en la ciudad de Bariloche, seguramente quedó shockeado por su belleza. Ir a cualquier bar de la franquicia nos devuelve un poquito a aquellas vivencias. Ya sabemos que los Patagonia se caracterizan por su propio sello, un estilo descontracturado ideal para juntadas muy convocantes. En este caso la franquicia se adapta al ritmo del centro rosarino, con sus mesas típicas de camping y sus paisajes campestres en las paredes que le dan un color a naturaleza en plena calle Italia.
Las mesas de camping son excelentes para juntadas de a muchos y para charlar a viva voz, porque es prácticamente al aire libre. Tiene un ágil sistema de autoservicio que funciona a la perfección para descomprimir el asunto entre compañerxs de laburo con jefes o dueños de por medio. Carta corta pero efectiva: papas, pizzas y alguna opción más dándole lugar a la reunión y claramente a la birra de la cual no hace falta agregar nada, a nosotrxs nos gusta la Bohemian. Ah, ahora también tienen sidra, los sidreros, recontentos.
Y acá metemos un barcito más, de yapa.
- Patagonia Casa del Tango (Wheelwrigth y España)
Este está recién salidito del horno. Tiene los productos típicos de las otras franquicias pero con algunos cambios. Por empezar, este viejo y hermoso edificio ferroviario hacer que prácticamente cualquier bar que se instale esté bueno. Una ubicación inmejorable, a pasos del río y el Parque de las Colectividades. Claramente es el mejor de los Patagonias de Rosario, con una parte adentro pero con un patio entremedio de las veredas que es el mejor lugar para estar. Acá no se manejan con el sistema autoservicio, hay mozxs, como siempre ¿Algo para picar? La entraña.

El patio entre dos veredas, uno de los atractivos del Patagonia de la Casa del Tango.