El año pasado mandamos a nuestros sabuesos de #PlanaxiaInvestiga a que averigüen un poco sobre el Gran Garaje Apolo, ese extraño especimen arquitectónico que -al fondo- tiene una estatua del dios griego en cuestión. Algo tan alucinante como misterioso, porque a pesar de buscar por todos lados encontramos poca información sobre el edificio.
Aquella vez los sabuesos nos trajeron algunos datos, pero también se quedaron medio cortos con algunas cosas. Conseguimos el nombre del arquitecto y de la constructora que lo levantó, el año en que lo hicieron, y no mucho más. El resto fueron apreciaciones nuestras. Hubo muchas preguntas que quedaron sin responder.
Sin embargo la nota la publicamos igual porque sabíamos que alguna gente con data la iba a leer y los misterios se iban a aclarar.

Al fonfo del garaje una escena salida de una película de David Lynch. La escultura la hizo el italiano Ludovico Beati.
Vamos con lo que ya sabíamos: el Garaje Apolo fue construido -con un diseño de vanguardia- allá por el 1963. En los créditos figuran el arquitecto Pablo Sonvico y el ingeniero Juan Becker Amelong. Pero nos faltaron esos datos que tantos nos gustan: ¿Por qué le pusieron ese nombre? ¿Por qué le dieron tantos toques de diseño a un edificio de cocheras? Por suerte tenemos respuestas.
“¿Por qué un garaje debe estar divorciado de la estética?”, nos preguntó vía mail Jorge España Sonvico, primo del arquitecto del garaje. Y la verdad que tiene razón, pero lamentablemente estamos acostumbrados a que los estacionamientos sean juntaderos de mugre sin terminaciones.
Pablo Sonvico nació en 1907, en Alemania, y falleció en 2004, a los 96 años, en Rosario. Tenía una empresa constructora con su hermano Pedro (técnico constructor, nacido en 1909 y fallecido en 1990) que se llamaba Pablo Sonvico y Cia. Con esa constructora hicieron muchas obras públicas a lo largo del país y un puñado en Rosario, entre las que se destaca la casa de Pablo, en Colón al 1673; la casa pagoda china en Escauriza 3674, Italia 515, y el edificio de San Cristobal, de Dorrego entre San Lorenzo y Santa Fe (de este último solo hicieron el diseño).

Pablo Sonvico (abajo a la izquierda) con sus compañeros en la UNR. Década de 1920.
“Mi tío Pablo, siempre fue muy exquisito. Con mi viejo siempre hicieron cosas raras, siempre fueron avanzados. Pablo en el medio de su casa hizo una fuente. Tenía una manía con eso. En esa casa, que está en frente de la Facultad de Ingeniería, se usó por primera vez en Argentina una placa que fue siempre admirada por todos los arquitectos, porque la puso del lado del revés, que resulta que era más lindo que del derecho”, nos cuenta Oscar Sonvico, hijo de Pedro y sobrino de Pablo.
La cuestión es que allá por la década del 60, los hermanos Sonvico se asociaron al ingeniero Juan Becker Amelong y armaron la Innmobiliaria Aconcagua, empresa cuya única función fue levantar el edificio y comercializarlo.

Al costado de la entrada, el nombre de garaje en letras de chapa y un altorelieve de Apolo.
Según recuerda Oscar Sonvico, su familia siempre fue muy de mirar la antigüedad griega e italiana. Cuando diseñaban el edificio, al fondo de la planta baja quedaba un lugar vacante. “¿Ponemos tres cocheras más -se preguntaron-, o una fuente?“. Claro que pusieron una fuente. Le encargaron la escultura del dios Apolo al italiano Ludovico Beati, y eso fue lo que le dio el nombre al garaje.
Mas data:
- La rampa de acceso a los diferentes pisos está diseñada para que una vez que el auto ingrese no haya nacesidad de ir maniobrando el volante. La inclinación hace que aún con el volante derecho el auto vaya doblando.
- La matalúrgica Martin Coppa, de Capitán Bermudez fabricó exlcusivamente los tubos de chapa que están colocados en la fachada, siguiendo un diseño de Pablo Sonvico.

Casa de Pablo Sonvico. Colón al 1600.
- Al principio la fuente donde está el Apolo tenía agua y peces.
- En uno de los subsuelos había una máquina importada de italia que lavaba los autos, una especie de car wash de avanzada. Con el tiempo se rompió y los repuestos eran impagables.
- El Gran Garaje Apolo fue la última obra que construyeron los hermanos Sonvico.
Jorge España nos dijo: “¿Qué sería esa cochera sino una cueva llena de fierros sin su deidad en el fondo?“. Y también contó: :”Pude atestiguar el afecto y el respeto mutuo que mostraban al saludarse cada vez que se cruzaban en el barrio y se detenían a charlar con Ángel Guido“.

La fachada del garaje. Sarmiento 555.







