La Bandera Blanca, de Beatrís Vignoli.
Ya estamos cancheros con el tema de la virtualidad, Zoom por acá, zoompleaños por allá, miramos series en el celu y hacemos compras on line con total naturalidad, por eso es momento de probar con el arte y animarse a dar una vuelta por la galería que tiene la Bolsa de Comercio. Hay abstinencia de museos así que esta es una buena ocasión para volver al arte, aunque sea en formato virtual.
La galería la encontrás -en formato material- en el edificio de calle Paraguay 777 que desde hace ya un tiempo se metió en la lista de los espacios rosarinos que impulsa el talento local, aunque a veces van más allá de nuestros límites geográficos.

La ingenuidad de los incautos -Sube y baja, de Victor Landucci.
Y a base de buenas curadurías logró convertirse en una parada obligada en la ultima edición de la Noche de los Museos, donde se pudo recorrer el Espacio de Arte Profesor Miguel Ballesteros con su exposición Trece, una muestra integrada por obras de 13 mujeres artistas que en sus producciones representan historias vinculadas al arte de la ciudad.
Inmersos como estamos en un panorama pandémico, donde tenemos que disfrutar de la cultura en formato streaming o virtual, la Comisión de Cultura de la Bolsa de Comercio de Rosario no se quedó atrás y rápidamente presentó la primera muestra del año en marzo.
La gira virtual se tituló La y fue curada por el talentoso local, Fabián Rucco, del cual hablaremos en una próxima entrega, pero ahora nos quedamos en los detalles de esta visita online que podes caminar desde la web de la bolsa, con video e información lateral que te acompaña en este paseo.

La corbata, de Raul D´amelio.
La exposición representa un despliegue colectivo donde el disparador común de lxs artistas es que todas las obras comienzan su título con el artículo “la”. Su curador, Fabián Rucco, interpreta a la muestra, y a los títulos que la integran, como “una creación de expectativa, que sugiere, induce o seduce; un imán que atrae al espectador y lo mete en cada una de ellas, porque el título de obra es una herramienta más que el artista posee para desarrollar su creatividad”.
Esto que dice Rucco es muy cierto. El título nos resulta fundamental a la hora de poder desentrañar el quid de la obra que estamos observando. Por caso, en esta muestra, a partir del título primario La ingenuidad de los incautos, el sube y baja creado por Victor Landucci nos es presentado de una forma específica, sería distinto si no tuviera nombre, lo mismo sucede con La Calesita, que pertenece a la misma serie.

La Marisa, Orlando Belloni
Aparte de las obras mencionadas destacamos La Bandera Blanca, de Beatrís Vignoli. Acá el título no aparta nada distinto a lo que se ve, la imagen es muy fuerte, los tiros que destrozan el lienzo quizás remitan a la dificultad de plantear una tregua en los tiempos actuales de grieta.

La sutileza del existir, de Raul Gómez.
Se destaca también La corbata (de Raul D´amelio) una obra con la que se identificarán todxs aquellxs que odian tener que usar este accesorio textil que no parece tener una utilidad real en términos prácticos. La Marisa (de Orlando Belloni), en tanto transmite una tremenda expresividad popular que te transporta de golpe a eso que el artista pintó; nos hizo acordar al Retrato del Cacho, obra de Marcia Schvartz que supo ser tapa de la novela Lanús, de Sergio Olguín. La sutileza del existir, de Raul Gómez, nos lleva por un paseo aurizaul hacia una mujer onírica.
Bueno, esto es solo una breve invitación, un tentempié para que tengas a la galería de La Bolsa en tu radar, para que la agendes en tus recorridos artísticos rosarinos cuando salgamos por un rato de esta virtualidad no deseada.