Martina Spinelli (1992) es la artista invitada de esta edición de Artistas haciendo sus lugares preferidos. La pintura con acuarelas (entre otras cosas) que nos regaló representa un lugar que -por cierto- nos gusta a todos, un lugar que verdaderamente parece salido de un cuento fantástico, de esos que te leía tu mamá cuando eras chicx: la Libroteca que está dentro de uno de los roperitos escaleras arriba de la Plataforma Lavardén.
Primero vamos a explicar bien de que se trata este lugar por si alguien no lo conoce. Plataforma Lavardén es un supercomplejo cultural público salido de la traviesa imaginación de Chiqui Gonzalez, la matriarca de la cultura rosarina. Se inauguró en 2012, y uno de sus principales atractivos es la Galería de los Roperos. Bien, es un corredor circular en donde en vez de haber puertas hay frentes de roperos que, como en Las crónicas de Narnia, al abrir sus puertas y atravesar el umbral entramos en otro mundo, con otros cánones y otros parámetros.
Son ocho roperos que guardan cosas maravillosas. Se destacan el que adentro tiene un club de barrio, el que tiene una calesita, y, claro, el que está lleno de libros del piso hasta el techo. Dentro de ese ropero Martina tiene historia emotiva que hace que ese sea su lugar preferido de la ciudad. “Cuando era más chica me encontré con alguien a quien también le gustaba mucho leer, y lo lleve a que conozca este lugar. Paso la vida y le hice una carta de amor, que luego guardé en uno de los libros del roperito, esos que tienen esculturas de papel hechas cons sus hojas. Meses después volví y vi que el libro en el que había guardado la carta estaba expuesto, pero dentro de una vitrina. Mi carta de amor está encerrada ahí desde entonces, ahora cada vez que vuelvo, me acuerdo de ese amor y me da ternura”.
Para Martina, la libroteca “significa la posibilidad de encontrar un lugar en el que se juntan la infancia y lo actual. Es un lugar poético y acogedor. También un refugio. Es algo para apreciar realmente porque es un lugar público. Una buhardilla al alcance de quien quiera sentarse a leer, que nos traslada en el tiempo”.
Ahora volvamos a la pintura. Se ven libros por todos lados, amontonando en el fondo, flotando en el aire… pero, como siempre, quisimos que nos explique la parte más técnica, el diagramado, las herramientas usadas… “Primero armé un boceto a mano alzada con lápiz, y después complementé con técnicas de perspectiva para acompañar la dimensión de espacio. Una vez terminado el boceto, armé el dibujo con la estructura y detalles finales en una hoja canson. Ahí lo pinte con acuarelas de pomo, con pinceles de punta redonda, y finalmente, cuando logré terminar con los juegos de luz y sombra, marque los contornos con el plumín usando la tinta china negra. Para los detalles más finitos use un estilógrafo de 0.05 de graduación”, explicó con lujo de detalles.
Además de este estilo de pinturas, Martina también suele hacer dibujos en blanco y negro, con tinta china o estilógrafos; también collages, o técnicas mezcladas. Pero sus momentos más lúdicos aparecen cuando agarra la lata llena de las viejas pinturitas Faber-Castell. “Tienen mil colores que amo mezclar al momento de darle color a algún dibujo, no quedarme con el primer color que ofrece el lápiz. Me encanta hacer trazos bruscos con esas a veces. Fui a una secundaria con orientación artística en la que me enseñaban a pintar prolijo y ahora quiero hacer lo opuesto, creo”, cuenta.
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—¿Qué es lo que más te gusta de dibujar y pintar?
—Que puedo expresar cosas que ni sabía que me pasaban. Me sorprende la cabeza a veces, salen a la luz muchas emociones. A la vez, cuando necesito descargar, es una excelente catarsis. Pero más que cualquier cosa, es una manera de comunicarse. Me encanta poder mostrar amor hacia la gente que quiero a través de mis dibujos, o protestar si hace falta. En el dibujo encuentro la posibilidad de crecer y que aparezca algo que aún no había visto.
Bio: Nacida en Rosario, en 1992, Martina dibuja desde muy pequeña, a los dos años se iba sola a su pieza y se quedaba dormida dibujando. Estudió en la Escuela Provincial de Danzas Nigelia Soria, que tiene orientación artística. Allí hizo sus primeras artes en la pintura. Después se convirtió en profesora especial. Puso sus dibujos en el libro de poesía de Beatriz Vignoli “Lo gris en el canto de las olas”. Actualmente vive en San Carlos de Bariloche.
#ExtraTip: La Galería de los Roperos de la Plataforma Lavardén permanece cerrada desde el inicio de la pandemia. Desde acá nos sumamos al deseo general que sus puertas se abran cuanto antes, lxs rosasrinxs lo merecen.