Fotos: Guillermo Turin Bootello / Secretaría de Cultura
A esta fecha, julio de 2020, El Moncholo de Juan Grela (1914-1992), es la última de las pinturas que conforman el Museo de Arte a la Vista. Y es tambíen la más grande en volumen. La historia de este tamaño gigantesco viene de largo. Es que este cuadro ya había sido pintado a escala en la esquina céntrica de Corrientes y San Lorenzo, pero allá por el año 2013, en medio de una campaña política, una candidata a concejala lo tapó con una gigantografía suya. No hace falta decir que el hecho disparó un fuerte revuelo público.
Así que esta reinstalación, mucho más grande, en pleno Barrio Echesortu, tiene el carácter de una revancha para Dante Taparelli, artista plástico e ideólogo del Museo. “Es un desagravio al pintor y al arte en la calle. En la obra se ven unos hijos de pescador durmiendo la siesta al lado de la pesca del día. Es lo sencillo, lo genuino, el fruto de la tierra, el padre llevando el alimento. Y fue tapado por un personaje que representa todo lo contrario”, dice, sin pelos en la lengua.
Juan Grela nació en Tucumán, en 1914, pero para los 10 años ya estaba radicado para siempre en Rosario. Y bajo este clima desarrolló toda su obra pictórica mientras atendía su propia peluquería en zona norte, sobre Bulevar Rondeau, era un todoterreno del arte. “Yo estudio a los que pintaron aquí antes que yo, porque recibieron la misma humedad que recibo yo del Litoral”, explicó en varias ocasiones.

El Moncholo, que forma parte de la gran colección del Museo Castagnino, pertenece a su etapa de arte realista, y muestra un paisaje medio onírico, con figuras humanas que parecen esculturas y que ocupan buena parte del cuadro. Y lo otro que se destaca es el pescado, todo en un fondo de apariencia líquida. “Un poco la metáfora es llevar el río a un barrio en donde no hay”, destaca Taparelli.
Grela formó parte, junto a Berni, Gambartes, y otros- de la Mutualidad de Artístas Plásticos, un grupo que estaba a la vanguardia del realismo social; y más tarde cofundó el Grupo Litoral, en cuya manifiesto “condenaban el sentido académico y las fórmulas convencionales, en cuanto consideramos que coartan la libertad del hombre para expresar las revelaciones de su nuevo espíritu con un nuevo lenguaje”. Bien plantados en contra de la rigidez académica y las corrientes mainstream.
En esa marco de ideas fue que Grela nos dejó una de las frases que trasciende el arte y debería servir de guía para cualquier persona, en cualquier lugar del mundo. Con esta frase nos despedimos de pie, con una ovación. Dibuje maestro:
“Usted lo que tiene no es el museo del Louvre o el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Usted lo que tiene es el Museo Castagnino y el Estévez, que son de su lugar. Si usted no conoce esos museos, puede haber ido a cualquier parte del mundo pero no sabe lo que es el medio en el que está viviendo”. Crac total.
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