Grafitis, arte urbano, muralismo contemporáneo, stencil, pegatinas… hay distintas categorías para hablar del arte que nos invade desde las paredes, persianas, cabinas de luz y medianeras de la ciudad. La realidad es que al fin y al cabo todos son distintas formas de arte, y los que no somos especialistas le podemos llamar de la forma que más nos guste.
De a poco, las calles de Rosario se fueron llenando de obras que la van transformando en una galería de arte al aire libre: desde el Museo de Arte a la Vista ideado por Dante Taparelli, pasando por lxs primerxs artistas que estamparon sus dibujos al alcance de todxs, los stencils que se popularizaron hace ya casi dos décadas, hasta llegar al panorama actual de pintadas por todos lados, mucha agua corrió por este río.
El arte urbano tardó en llegar en nuestra ciudad, pero un día llegó. Lo cierto es que manifestaciones de este tipo existen desde la época de las cavernas, pasando por el muralismo mexicano de principios de 1900, hasta el grafiti neoyorquino que montado sobre el hip hop pintaba todo lo que estaba a su alcance, es especial los vagones de trenes (para esto nada mejor que ver la serie The get down).
Para este primer episodio seleccionamos cuatro murales que nos gustan mucho. A tres les encontramos autoría pero hay uno misterioso que nadie sabe quien lo hizo. La única certeza es que lo pinto un artista que andaba de paso por la ciudad y luego se esfumó. Hablamos del marinero con cara de loco, que de a poco se va destiñiendo sobre uno de los muros laterales del viejo edificio de la ex Gráfica Ferrazini. Un misterio del arte urbano local en Urquiza entre Dorrego y Moreno.
El punto artístico de zona oeste
En la zona oeste de la ciudad, mas precisamente en los fonavis de Rouillón y Bv. Segui, el año pasado, el extinto Plan Abre culminó las obras de renovación urbana en el barrio con una pintada a escala monumental de más de 10 medianeras. Artistas de todos lados pusieron su brocha para generar un nuevo punto artístico de visita obligada, lejos del centro.
En esta ocasión solo vamos a hablar de una de las obras, la que hicieron la pareja de artistas conocidas como Medianeras (Vanesa Galdeano y Analí Chanquía, stolkeen sus redes porque son una bomba!!). Hecho con pintura sintética aplicada con rodillo y brocha, más aerosol en las partes que tienen blanco y negro, este pibe con una especie de barbijo parece una premonición de la pandemia que se vendría unos meses después. Pura casualidad, claro. De fondo, las escalas de grises hacen una referencia solapada a los monoblocks del barrio.
Ver esta publicación en Instagram
Ellas pintaron murales por todo el mundo, tienen calle en el adn. Así que quisimos saber que es lo que más le gusta de tener la ciudad como taller; esto fue lo que nos respondieron: “Es encontrarte con toda una realidad que está buenísima, te podés encontrar gente que no circula por los espacios de arte en general, que no está directamente interesada en el arte sino que se interesa a partir de lo que vos podés llegar a proponer. Porque cuando uno está muy embebido por el espacio artístico, las instituciones y los espacios de exhibición y galería, el arte siempre está como en una cuestión donde la gente ya está interesada de antes. Lo bueno que tiene la calle es que es al revés, eso está más liberado, porque hay menos juicio a la actividad artística, y nosotras encontramos como un espacio más de libertad”.
Gatos, gatos y más gatos
Lxs que recorren la ciudad con ojos curiosos saben que hay muchas pintadas de gatos, todas distintas, pero siempre gatos. Y claro, siempre tienen el mismo responsable: 337 Gato. Un número y una palabra, y hace acordar a los nombres que usaban los pioneros del grafiti de Nueva York, de donde “el gato” (como le vamos a decir en confianza) mamó sus principales influencias.
“Mi influencia son los grafitis de los 80 en Nueva York, más que nada los subways” (Nota: se refiere a los vagones de trenes que fueron pintados a mansalva por los grafiteros de aquella ciudad). ¿Por que tantos gatos?, quisimos saber. “Tiene que ver con un vuelo de LSD y una cosa llevó a la otra, por ser rosarino y la fama de los comegatos, y porque me gusta mucho la fisonomía de los gatos, aunque en casa siempre tuve perros”, nos explica.
Ver esta publicación en Instagram
Para pintar suele hacer una base con latex, aplicandolo con pincel, y sobre eso dibuja con aerosoles. Aunque cada vez usa más latex, “por el costo alto de los sprays”. Para el caso de la obra que seleccionamos (Buenos Aires entre San Luis y Rioja), se basó en un dibujo de un artista norteamericano. “Pinto todo lo que se pueda pintar… o se deje”, nos aclara entre risas.
¿Por qué en la calle? “Es sumamente divertido el trangredir sin vandalizar, es conmovedor, es súper interesante que la gente se frene, lo mire, se saque una foto y lo disfrute, es arte gratis de alguna manera. Es para todos y todas, es una galería la calle, un museo de los artistas urbanos, es como decorar la ciudad directamente. De hecho agarramos paredes que estén mutiladas, maltratadas, deterioradas, la Muni debería darnos algún tipo aval por refaccionar la ciudad”.
El Droopy del arte urbano
Y también habrán visto que hay uno de los muralistas que aparece firmando dibujos por todos lados. ¿Cómo hace? ¿Es uno solo? ¿Son mil? “Dimas” “D +” “Dimas Nota”… el tipo va firmando de diferentes formas pero es uno solo (o al menos eso dice).
“Siempre que tengo un tiempo libre salgo a pintar. Lo importante es primero seleccionar una pared, uno va dando vueltas por al ciudad y va viendo paredes que más o menos estén deterioradas o que se puedan pintar pidiendo permiso. Y ahí se arranca de cero, o vas con boceto previo o lo que se dice <<freestyle>>, que uno va y tira lo que tira”, explica su modus operandi. “Pinto por diversión y por publicidad, porque siempre dejo mis datos. Es un cable a tierra que funciona como mi trabajo”.
Ver esta publicación en Instagram
¿Qué es lo mejor de la calle? “La sensación de poder compartir el medio con el que camina la calle, el chico, el grande, viejo. El compartir y que se aprecie la pintura desde todo nivel social, y que no esté encapsulado en un solo lugar, que no puede apreciarse a lo mejor por muchas personas sin recursos para ver una obra”.
La obra que seleccionamos acá, es una especie de guerrillero armado con aerosoles listo para combatir en el arcade de los grafitis. “La histora es como la de un revolucionario, un grafitero, un nuevo mesías, algo así”, cuenta. Está en bien en el centro, Mitre entre San Luis y San Juan.
A recorrer la ciudad #planaxeros!! Que hay muchas obras esperando…
1 comentario