Estamos en pleno verano, con el calor pegajoso de Rosario que fluye y el covid que sigue jodiendo, de manera que una buena vereda de bar es casi una necesidad. Una buena vereda para contemplar el tiempo bajo la sombra durante el día, o para buscar alguna brisa más fresca durante la noche. Con la agradable companía de una buena bebica fresca y una buena comida que nos mejore todo el panorama.
La ciudad está llena de bares con buenas veredas y cada una tiene su cosita particular, porque no hay dos iguales. De manera que para clarificar un poco las cosas a la hora de elegir una vereda, hicimos una selección de veredas #planaxeras. Abajo de todo subimos un mapa con todas las veredas señaladas.
- Arrancamos con Pasaporte, un bar que está ubicado en uno de los mejores rincones de la ciudad, casi en pleno centro pero a la vez al reparo de la marea de gente. Una vereda ideal para cafetear fantaseando que estamos en París; sí, es medio un lugar común pero es cierto, es el rincón más parisino de Rosario, a full con la trastienda del edificio de la Aduana, el adoquinado de la bajada Sargento Cabral y la sombra de los jacarandás.
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- Bigba apareció hace unos años en una hermosa zona que estaba huérfana de bares, en Luis Agote, mirando a las vías de Bordabehere. Y se hizo famoso por el huevo nube, pero créannos que esa vereda mirando a la plazoleta y a las vías del tren no se queda atrás. Ideal para tomar una fresca mirando a la nada.
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- El Mercado del Patio es uno de los grandes hits gastronómicos de los últimos años, y allí dentro Churrasquito supo hacerse con el mejor lugar de todos. Su vereda, con vista a la gigantesca pérgola en semicírculo, al parque y al laguito (que ahora es más una pista de bicis y skate) es un lujazo. Un vermut de la casa y unas batatas fritas son ideales para un copetín al atardecer.
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- The Roof Bar es el bar más nuevo de Puerto Norte, y el que más escondido está. No lo encuentra cualquiera, pero una vez encontrado es el paraíso. Una zarpada vista al río mirando al norte y por eso mismo, el mejor lugar para ver el atardecer. Para tomar no hay que ser muy pretenciosxs, pero una Patagonia con la vista clavada en los barcos que navegan el Paraná no es para nada un mal plan.
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- En Fisherton, Chipaco tiene una hermosa y gran vereda en la parte oeste de Wilde. Con vista a la vieja Estación de trenes del barrio y regada por la generosa sombra de unas tipas con muchos años. Una linda vereda en una hermosa zona la ciudad. Idea para salir a recorrer el barrio y terminar recargando energías bajo estas fescas sombras.

- En zona norte, bien al norte, más precisamente en Costa Alta, a metros del puente a Victoria, Nenina levantó fama -hace muchos años- de ser un bar de trampa, dado que siempre fue muy oscuro por dentro. Pero nada que ver en la vereda, que aparte fue remodelada en conjunto con toda la zona hace dos años. Hermoso lugar con mucho aire de río, alejado de edificios. ¿Qué pedir? Bueno, este bar se jacta de tener la mejor carta de tragos de la ciudad, aparte de que también es el primer tiki bar…
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- El Rosarino debería ser un bar declarado patrimonio de la ciudad, adentro es una reliquia andante, pero afuera tiene una vereda que lo entraga todo, ancha y con una vista amplia a las vías del Cruce Alberdi y a la Avenida. Un carlitos y un chopp al atardecer son irresistibles. Los findes también hacer choris en la vereda.
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- Zona Sur también tiene sus veredas, y Dalia, en Lamadrid y San Martín, nos entrega una ancha vereda con piso de piedritas. Un carlitos de lomo (para compartir) y un mojito de maracuyá, ideales para esta vereda sureña.
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- Casa Brava siempre había despreciado su cotizada vereda de calle Pichincha, pero pasaron cosas… Y realmente esta vereda es un gol, genial para tomar fresco mientras escuchamos el rumor de alguna música que sale desde adentro del bar, o para confraternizar con las mesas vecinas de Bon Scott, al otro lado de la calle. Un chopp de Heineken y un sánguche de pollo frito redondearían una velada perfecta.
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- Cosme Río tiene una ubicación hiperpriviliegiada: a los pies del puente a Victoria (100% real), a metros de las pasarelas del Paseo del Caminante, un ambiente muy pero muy ribereño, con pescadores que salen con su botes, barrancas de tierra colorada y grandes árboles. Acá la vista es todo. No hay que olvidar el Off.
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- Sobre la Avenida de Las Tres Vías, el bodegón A la deriva se instaló en un sector virgen de bares. Y también se expandió a la vereda, en un ambiente repleto de detalles que tienen que ver con la navegación. Esta vereda es ideal para comerse una buena boga con un vino blanco bien frío.

- Hace poquitos meses, Olegario se instaló sobre calle Montevideo y nos regaló una vereda inédita, muy tranquila, a metros del Parque Independencia. Este es un bar especializado en fiambres. Al atardecer es ideal para pedir un platito de jamón crudo con un vermucito, no falla.

- Cuervo Blanco es otro de los bares de Puerto Norte con mirada franca al río. Ubicado bien en la esquina, es un cruce de caminos de viento. Especial para ir en esos atardeceres en que sentís que el calor te va a derretir… acá siempre hay viento y siempre está mucho más fresco que en la ciudad, no lo olviden.

Ya hablamos tantas veces de El Riel!! Su vereda es una de nuestras preferidas. Con una vista con horizonte amplio hacia el Parque Norte y la Estación Rosario Norte. Si te sentás en las mesas que están por Rivadavia, podés entablar un cruce de miradas con la hermosa estatua del Negro Olmedo. Y si te cruzás, te podés tomar una sidra con hielo sentadx a su lado, en el mismo banco, charlando un poco… dicen que escucha.

Ahora, no nos pueden decir que no hay para elegir!! Acá abajo les dejamos un mapa con todos los bares. Y a #planaxear por las veredas rosarinas!!