Se sabe la historia trágica de la Fuente de los Españoles, la fuente de cerámicos de Talavera de la Reina que la comunidad de inmigrantes españoles le regaló a Rosario para conmemorar sus falsos 200 años de vida, allá por 1929. Ese obsequio, ubicado en el Rosedal del Parque Independencia, hoy en estado ruinoso, fue considerado como “la fuente de cerámica más grandiosa del mundo, un triunfo del arte español”.
El vandalismo rosarino la dejó diezmada, pero no muy lejos de ahí, a unas 20 cuadras de distancia, todavía persiste, casi intacta, una especie de hermana menor de aquella fuente: la del Hospital Español (Sarmiento y Gaboto), que al estar en el patio de la institución zafó de los rompedores de patrimonio.

El azul y el amarillo predominan en el diseño de los azulejos.
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Talavera de la Reina es unos de los principales centros de producción de cerámica de España. Su cerámica fue declarada Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.
Ambas fuentes salieron del mismo taller: el alfar Nuestra Señora del Prado, propiedad del artista Juan Ruiz de Luna, ubicado en la ciudad de Talavera de la Reina, en Toledo, España. Talavera de la Reina es una de las tradicionales regiones españolas en donde se producen azulejos y loza desde el siglo XV. En 2019 la Unesco declaró a la cerámica de Talavera como Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.
Las dos son similares aunque, claramente, la del Rosedal tiene una dimensión descomunal (aparentemente es la fuente de cerámicos de Talavera de la Reina más grande que hay fuera de España). A simple vista comparten una de sus características principales: los diseños típicos de sus constructores y lo mismo para los colores predominantes, azul, celeste y amarillo. Es más, las dos vinieron en el mismo barco, divididas en bloques y embaladas en 570 cajas que pesaban 16 toneladas.

La fuente fue fabricada en 1927 y es similar a la Fuente de los Españoles, ubicada en el Rosedal.
El arte de los azulejos se remonta al siglo VIII, cuando los moros, llegados desde el norte de África, ingresaron al territorio de lo que más tarde sería España. Ellos también fueron los que incorporaron las fuentes de agua como elementos decorativos vinculados al paraíso. Supuestamente al intentar imitar la porcelana china terminaron inventando la cerámica esmaltada. Para el siglo XVI, a los diseños árabes de los azulejos se le incorporan técnicas y motivos del renacimiento italiano.

El arte de los azulejos se remonta al siglo VIII, cuando los moros, llegados desde el norte de África, ingresaron al territorio de lo que más tarde sería España
Esa tradición fue la que continuaron los alfares de Talavera de la Reina. Sus talleres se convirtieron en proveedores de la casa real, suministrando azulejos y vajillas para El Escorial. Años más tarde el cambio en la moda sumado a la invasión napoleónica sobre España (1808) liquidó a los talleres de Talavera. Pero en 1907 Juan Ruiz de Luna conoció al artista Enrique Guijo Navarro, juntos decidieron recuperar la tradición de la cerámica Talaverana… y lo lograron. De su taller salieron los cerámicos que revistieron buena parte de los edificios de la Gran Vía madrileña. De ese mismo taller salieron los azulejos que revisten algunos andenes del subte porteño, y también allí se fabricaron nuestras dos fuentes rosarinas. ¿Ya las conocés?
*Parte de esta data fue obtenida del texto “Una joya del Segundo Renacimiento Español en Rosario. La Fuente de los Españoles”, de Ana María Rigotti.














