Seguimos con nuestra saga de bares para enfrentar el calor. Entramos en marzo, el verano se nos escurre como agua entre los dedos y cuando menos nos demos cuenta ya vamos a estar en otoño, viendo volar las hojas amarillas.
Para lxs que gustamos del verano darnos cuenta de esto siempre es un ejercicio de tristeza, pero bue… ¡a sacarle el jugo a lo que queda de la estación calurosa! El verano se estará muriendo pero todavía hace calor, así que en esta oportunidad nos adentramos en los mejores patios de bares de la ciudad, cosa de bancar con altura el sofocón.
Algunos de estos patios que elegimos están a la vista, al lado de la vereda, y otros son tesoros semi escondidos, lugares que si pasás caminando por la vereda no tenés forma de darte cuenta de que existen. Si les parece arrancamos, y recuerden no desaprovechar lo que resta del verano.
- Casa Chueca (Vera Mujica y Arenales): Sentarse en el patio de Casa Chueca mirando hacia la calle es un viaje a la Rosario del siglo XIX, a los arrabales, al tango, a las calles empedradas con faroles… en medio de Refinería, un barrio obrero tradicional hoy asediado por la modernidad. Desde este patio que se mezcla con la vereda, rodeado de árboles, podemos jugar a estar en otra época, con una tranquilidad casi rural. Es el ambiente ideal para pensar en la ciudad del pasado mientras comemos un lomo saltado acompañado con una sidra Pehuenia.

- Espiria (Montevideo 2124): Esta mansión renacentista está llena de secretos, entre ellos un patio repleto de plantas, con enredaderas y flores, ideal para relajar escuchando el fluir del agua que corre desde la fuente que gobierna el lugar. Un lugar hermoso como para tomarse un Aperol spritz y comer un crocante de salmón o un queso Camembert al horno.

- Picaña (Schweitzer 9065 bis, Paseo Aldea) En el corazón de barrio San Eduardo (al norte de Fisherton), donde no esperás encontrarte algo así, aparece este restaurant especializado en carnes a la parrilla. Un hermoso patio debajo de una alineación de pinos adonde sentarse a respirar el aire limpio de esa parte de la ciudad. Si quieren comer algo bueno, la costilla anda muy bien.

- Mons Beer Garden (Av. Francia 59 bis) Un galpón cervecero con un gran patio lleno de plantas, una onda de chaperío industrial y vidrios de colores, frente a la vieja planta de cerveza Schlau. Este es un paraíso de la birra artesanal, ideal para juntadas de varixs amigxs. La Ipa de Okcidenta viene muy bien como para arracar una jornada de este verano que se va.

- Cervario (Brown y Riccheri) Hace unos años la esquina de Cervario era un terreno baldío. Los dueños del bar no le hicieron grandes cambios a nivel infraestructura pero le metieron mucho cerebro. Se inspiraron en los ruins pubs de Budapest y armaron un bar espectacular que es puro patio, mucha madera, y repleto de plantas y de los árboles originales que había en el terreno. Nada como tomarse una buena birra bajo el cuidado del totem cabeza de ciervo que controla el espacio.

- Belgrano Café (Av. Provincias Unidas 770) Este es un bar que fue levantado a lo largo de 10 años, tiene detalles de lo que quieras, así que siempre es un buen momento para pasar. Su patio es una especie de callejón largo por el que hay que circular para llegar al bar, que está en el fondo, a la vera de una hermosa estructura de ladrillo visto. Cualquier vermut acá te lo van a hacer a la perfección, hablá con Matías que te va a saber explicar lo que quieras sobre esta bebida italiana. El sándwich de chipá es una tentación muy grande y ya que estás no dejes de visitar la única fuente de vermut del mundo.

- Basquiat (Brown 2265) Este es uno de los grandes bares animadores de la noche pichinchezca. Durante la pandemia amagó con su cierre definitivo y fue todo tristeza pero por suerte lo tenemos de vuelta con nosotrxs. Seguimos extrañando los recis en su sótano mágico pero mientras tanto podemos disfrutar su hermoso patio repleto de murales de Jean-Michel Basquiat (este fue el bar que nos enseñó quien fue este artista neoyorquino).

- Los Monse (Eva Perón y García del Cossio) Este restaurant de Fisherton tiene una atmósfera especial y su patio tiene un plus. Las mesas están sobre el césped, hay árboles hermosos -y también enredaderas- cruzado por ese estilo cocoliche característico de la familia Monserrat (por ejemplo, podemos encontrar las sillas y mesas de azulejo que había en las casas de nuestras abuelas). Siempre es una buena opción cuando cae el sol. ¿Qué comer? Se especializan en pastas y pizzas al molde…

- Mercado Oroño (Bv. Oroño 141 bis) Sobre Boulevard Oroño, en la zona de bares, el Mercado nos soprende con un patio increíble, un oasis de escala barrial que da al centro de manzana. Adelante es una especie de minimarket de calidad y si querés tomar vino, por ejemplo lo pagás al precio de adelante. Por eso, mientras dure el calor te recomendamos que encares la heladera y agarres un sauvignon blanc de bodega La Azul, excelente vino a muy buen precio, para brindar contentx debajo de los árboles del patio.

- Gran Lago (Av. Int. Morcillo 2351, Parque Independencia) Sentarse a comer y tomar algo a la orilla del laguito de Parque Independencia casi que no tiene precio: árboles por aquí, agua por allá, patos más acá… es un lugar privilegiado de la ciudad, como para tomar algo mientras la mente descansa con la vista perdida en las aguas y sus reflejos.

Así que amigxs, vamos a disfrutar lo que queda del verano así después -cuando estemos tiritando de frío- no nos lamentamos por haberlo desperdiciado. Elijan lo que les quede más a mano y a #planaxear!!!







