Bien de barrio pero con mas calidad que cualquiera. Ese parece ser el lema de este lugar que tampoco es tan fácil de definir y que comparte nombre con el barrio en donde está enclavado.
Y, ¿por qué tan difícil? Está bien Belgrano es un bar para tomar algo, una cafetería, una vermutería, tiene una parte de bar, otra de restaurant. Hasta ahí todo claro. Pero está metido en el fondo de una especie de galería. Una galería que tiene en total tres negocios que son todos de la misma familia.
Lo primero que se ve al entrar es un almacén. Mediante un ascensor se accede a la cava, que quienes se dedican a esto dicen que es una de las mas completas del país (tiene aproximadamente 1.100 etiquetas). Siguiendo por el pasillo, donde también hay bancos de plaza y un spiedo de pollos, te encontrás con la mayor rareza: la Fontana di Vermu, un homenaje a la Fontana di Trevi que en vez de tirar agua ya se imaginan lo que tira. Parece que es la única fuente del mundo que dispensa aperitivo.
Y pasando la Fontana el pasillo se llena de mesas , y frente a ellas, un bar exquisito, de estética clásica, lleno de neones con colores rojizos, finito y largo, y una barra maravillosa de 15 metros y mas 350 botellas de distintas bebidas. Las sillas, banquetas y mesas son de un diseño exclusivo, tan exclusivo será que las hicieron en la misma familia a lo largo de 10 años. Si, ¡10 años! Parece mentira pero hacía rato que sabían que iban a abrir el bar, y ellos lo definen como “una epopeya familiar”.
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Antes de pasar a la comida, vamos a aclarar que este bar da para cualquier cosa. ¡Que no se malentienda! Arrancan a las 8 de la matina, así que para la gente que anda por barrio Belgrano es ideal para desayunar. “¿Cuándo fue la última vez que te preparaste una tostada de un rico pan con manteca y azúcar”, te interpelan cuando abrís la carta desayunos.
Y cierran cerca de la medianoche, así que para ellos cualquier horario es bueno para pasar a tomar un vermut… claro, a la mañana no sería muy sano que digamos, obvio. Pero ya cerca del mediodía, antes de almorzar, o unas horas después de la merienda… siempre es un buen momento para tomar un vermucito. Pero reformulemos, a lo que ibamos es que en Belgrano se puede desayunar, almorzar, vermutear, cenar, y los findes también trasnochar un poquito. El patio alargado (todo es alargado acá) respira verano.
¿Vamos a la comida? Ellos mismos se reconocen principalmente como una sanguchería y vermutería, así que ya se imaginan cuales son las especialidades. Lo primero que destacan es el tostado de pollo al spiedo, es el clásico de la casa. Viene con tomates confitados, pollo al spiedo (obviamente) miel, alioli y algunas cositas más. Y ojo con esta extrañeza de la casa: sánguche de pan de chipá tibio con tomate, rúcula y pasta de aceitunas negras… que ganas de que pase la cuarentena y entrarle a uno de estos, ¿no?
También tienta el de pan francés, bondiola braseada y tomates confitados; la provoleta sobre pan de campo; las empanadas de morcilla (otra rareza digna de clavarle las paletas); el clásico pollo al spiedo y demás tapas, quesos y fiambres. En este último rubro se destacan por proveerse la materia prima de pequeños productores artesanales.
Para tomar hay tanta variedad como para comer… en verdad más, porque aparte de todo lo que hay en la barra también podes bajar a la cava a elegir alguna botella en especial. Hay Quilmes tirada, hay varias marcas de gin, hay mucho. ¿Pero la especialidad de lugar cual era? Muy bien, je. ¡Acá vale la pena pedir vermú! Hay de grifo, macerados, de botella, de las marcas más raras y chicas. Siempre es bueno pedir el vermú de la casa, y acá constá de Cinzano Rosso, Hesperidina, Cynar y Soda. Con unas aceitunitas no puede fallar.
Y de a poquito de a poquito llegamos al postre. Acá tenemos para elegir también: flan, budín de pan, postre borracho, panqueques y queso y dulce. Pero en esta sección también hay una especialidad y es… ta tan ta taaaannn: el viejo y querido turrón Quacker, que viene de la receta de la abuela de la familia y ahora la prepará la hija de la abuela. También lo venden para llevar, así que anoten para cuando estén de paso por el barrio.
#ExtraTips
# 1. La barrá es un buen lugar para acodarte a tomar un trago. Lxs bartenders son buena onda, dados al diálogo y te van a explicar bien todo lo que les preguntes.
# 2. La sangría de la casa es una muy buena opción para esos días de calor que solo podes pensar en refrescarte. Sale desde un grifo, preparada con una receta que no nos revelaron. Si nos dijeron que le ponen muy buen vino.
# 3. Otra opción para tomar (da medio choborra, ¿no? Tercer tip seguido hablando de bebidas…) interesante y extraño es el calimoche: vino tinto, almíbar, jugo de limón, Pepsi y menta. Si, suena medio raro pero la verdad que está bueno y es muy refrescante.
# 4. Le damos un respiro al querido hígado para contarles que si quieren comer en un ambiente más de restaurant y menos de bar, los jueves, viernes y sábados por la noche, escaleras arriba está el comedor, ambientado en la década del 50´, en donde se puede pedir el mismo menú solo que en un ambiente más familiar e íntimo. Es muy lindo, vale la pena conocerlo. También lo alquilan para eventos.
# 5. La música está muy bien, las veces que fuimos sonaba rock and roll de la década del 50.
# 6. Si no fuiste nunca, tené en cuenta que desde afuera pasa bastante desapercibido, no hay ningún cartel del bar que de a la calle. El único letrero que hay, sobre la fachada de ladrillos, dice “Paseo 770”, acordate que es una especie de galería.
# 7. Llegarte hasta este bar es también una excelente posibilidad, si sos vermutero, para darle una oportunidad a las marcas de vermut más pequeñas: Lunfar, La Fuerza, Giovannoni, Único y la nuestra, la rosarina, Vermut Pichincha.
Provincias Unidas 770 (entre Zuviría y Santa Fe) / B° Belgrano
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Sólo hacen reservas los findes, para el salón comedor, al 0341 458-2543.
No hacen envíos. Excepcionalmente, por la cuarentena, están enviando botellas de Vermú Edición Cuarentena, bianco o rosso.