Seguimos recorriendo los barrios de Rosario. Hoy hacemos una visita guiada a los sabores destacados del barrio Bella Vista. Negocios gastronómicos con mucha historia, varios de los cuales seguramente resultarán desconocidos para la gran mayoría, pero que para la gente del barrio son una fija. Para esta tarea nada mejor que nos lo cuente alguíen del barrio, o mejor dicho alguien que lleve con ferviente orgullo la bandera de su barrio. Así que convocamos formar parte de nuestros #EmbajadorxsPlanaxeros a la Negra Magdalena Peralta, mujer temperamental, así que ni se te ocurra decirle algo malo de su barrio…
Lo que sigue es todo de la Negra Magui (atención porque es un notón).
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Al Oeste de Rosario hay un barrio tradicional de clase media que guarda muchos secretos y suspiros, nos llaman Cinco Esquinas y nos auto determinamos como Bella Vista.
En esta reseña del barrio no queremos abocarnos a dilucidar como es que se nos puso catastralmente Cinco Esquinas, pero sí queremos dejar en claro que si nos preguntan, somos de Bella Vista, y si pueden, agreguen una buena tonada bien tana. Con estas modestas palabras, más bien intentaremos hacer un recorrido por lo que consideramos es orgullo y tradición de nuestro querido barrio, seremos turistas por la ciudad, pero gastronómicos.
Somos un barrio de trabajadores, típico barrio de clase media rosarina, que, con muy poca modestia y mucho orgullo, quienes nacimos en el barrio lo consideramos “el más lindo y pujante del oeste”. Puro progreso a fuerza de trabajo entre avenidas muy transitadas, paso obligado a lugares emblemáticos de la ciudad.

La parroquia Nuestra Señora del Luján es un ícono religioso del barrio, sobre calle Godoy.
En las escuelas del barrio nos enseñaban que nos situábamos en el centro geográfico de la ciudad, tampoco se ya si esa es una característica de la actualidad, sí puedo decirles que el corazón de nuestro barrio es la Avenida Godoy. Sí, sepan disculpar todavía decimos que vamos hasta Godoy, aunque en honor de la verdad se llama Pte. Perón, ex Godoy.
Una avenida diagonal que se abre paso al oeste, desde el Parque Independencia y que nos corta todas las manzanas con esa perspectiva, de ahí que nos llaman Cinco esquinas, porque nacen a cada paso hasta dejar la ciudad. Esa avenida, repleta de palmeras y con una de las bicisendas más antiguas y lindas, es testigo de historias y tradiciones que les queremos contar.
Este arbitrario recorrido empieza por Pte. Perón desde calle Francia hacia “adentro”. Muchas historias de familias italianas forjan nuestra tradición del barrio, y aunque quien escribe no tiene nada que ver con Italia tenemos que nombrar a una gran familia, la familia siciliana. Muchos tanos llegaron a Rosario y se instalaron en el barrio y desde ahí con mucha mano y amor gestaron algunos alimentos, tan ricos como todo lo que nace por añorar la tierra de uno, desde el hogar y el corazón.
Imaginemos que tenemos que pensar en un gran fin de semana de primavera, a puro morfi, algún partido de futbol mediante y entonces como les decía vamos por la Avenida y pensamos en la tardecita y una cerveza. En la esquina de Vera Mujica y Pte. Perón nos encontramos con Wonder Miga, un pequeño pero magnifico local que, bien dicen sus dueños, tiene “especialidad en sándwichs de miga con más de 20 años junto a ustedes”, ricos, nada que envidiar a ninguna gran sandwichería céntrica, ante todo generosos, repletos de ingredientes, miga esponjosa, y frescos, realmente muy frescos.

El bunker de los sánguches de miga, en Godoy y Vera Mujica.
Seguimos en esa avenida y en esa dirección. En la cuadra siguiente nos encontramos con una panadería tradicional del barrio y me atrevo a decir de la ciudad. Paso obligado para muchos periodistas rosarinos, de camino a Canal 3 y al predio de Bella Vista (de Newells), largas filas de personalidades de pasada compran unas ricas cositas para agasajar compañeres y amigues. Se llama Panificación Nieves, “La nieve” como le decimos -no se vaya a escapar la “s” por ahí-, tiene una variedad espectacular de masas secas, finas, facturas de manteca, panes y bizcochos.
Hay una lista de favoritos, unas súper medialunas, las pepas, tan ricas pepas, los bizcochos de manteca especiales para matear a cualquier hora del día, un pan bien doradito, tostado por fuera y de miga blanca y esponjosa, en muchos tamaños y versiones, pero les recomendamos especialmente la baguete (ponga un poquito de ajo y aceite de oliva, no tiene desperdicio). Además la prepizza también es tan rica que acompaña las cervezas de la tarde sin cocción, así como la vez, la llevas, la cortas en porciones, bocaditos y ya!

“La Nieve” es una máquina de fabricar exquisiteces.
Sin ir mucho más lejos y pensando en los postres, frente a esta panadería tenemos una gran gelatería, la San Remo. Desde Alessandria Della Rocca, llegaron Vicente Scime y Lisa, y ahora su hijo y actual dueño “Chiche” sigue con el tradicional negocio, estrella del oeste. Cuando aún no conocíamos los sabores gourmet, ellos ya ofrecían helado salado (sí, lee bien dije helado salado) por ejemplo de Roquefort.
Acá el helado se preparaba a la vista, los maestros heladeros, Chiche y su esposa siempre estaban ahí laburando y en el detalle de todo, dispuestos a contarte las recetas en las que incursionaban y darte -para que pruebes- una cucharada generosa de placeres italianos. El listado es tan largo y mis favoritos son tantos que no sé qué elegir, pero quiero decirte que si existen los artesanos de la crema helada, ellos son, ahí los encontrarás. Además, innovan y crecen, ahora las hijas de Chiche, preparan postres italianos, pasen por Pte. Perón al 3200 en búsqueda de un auténtico Cannoli. Cincuenta años de historia no entran en una sola reseña, no dejen de conocer esta autentica Gelatería Italiana.

¿Qué estás esperando para sacarte una foto con este cucurucho rockero?
En Pte. Perón y Caferatta en la esquina, una nueva apuesta gastronómica se abrió hace unos años. Un bar joven, familiar y rico. Para los que trabajan en el barrio o están de paso ya es parada tradicional, se llama Espressione Café. El ambiente es de lo más lindo y el café… el café es sencillo y rico. Quizás alguien piensa que digo una obviedad, pero no, cuando el café está bien tirado hay que decirlo. Siempre está completo a la hora que pases, y si no almorzaste es de las mejores opciones de la zona.

Espressione, uno de los bares más jóvenes del barrio, con café bien tirado.
Es imposible pensar en un barrio de italianos sin pizza, en Pte. Perón 3518 existe Pizzería Silvina, le decimos “La Silvina”. En esta pizzería dos grandes compañeros, a cargo del horno pizzero, van a recibirte con los brazos abiertos. Siempre me impresionaba como sacaban pizzas y las cortaban muy rápidamente y a la perfección, se podía oír ta,ta,ta,ta,ta,ta,ta,ta,ta,ta de esas filosas cuchillas. Hombro a hombro, pueden cobrarte, envasar, hornear… y rara vez se les pasa la pizza y mucho menos se les va a enfriar.
Esta pizzería es tan tradicional como su forma de trabajar. Para tener una Silvina para cenar hay que llamar al 432 0038 de jueves a domingos de 19 a 23 hs, hay cadetes o la pasás a retirar. No insista con ninguna App. Yo soy fanática de la pizza Silvina, tiene una cazuela de salchichas en el medio, sí una cazuela de salchichas, riquísima. También hay Frankfurt, y es sin igual.

“La Silvina”, tradición de verdad. Ni se te ocurra buscarlos en Pedidos Ya…
En la otra esquina del bar y la pizzería hay una cantina bailable, adivinen como se llama. Si yo te conozco, de La Cautiva. Así es Rosario y así es el barrio, de famoso y de lindo.
Quiero hablarte de dos lugares tradicionales más, pero nos vamos a ir de la avenida Godoy: por Lavalle, hasta el 2070, entre Cerrito e Ituzaingo, ahí hay una fábrica de pastas. No es cualquier fábrica, se llama La Nueva Romagnola y como todo en este barrio es atendido por sus dueños. Siempre me llamo la atención la limpieza de ese lugar, la puerta de madera con vidrio desde donde se ve la fabrica, parece el ingreso a una sala de laboratorio, de ricura y frescura. Ahí todo, absolutamente todo es bueno, muy bueno y fresco!
A mí en particular me gustan los ravioles de verdura, pero puede llevar lo que guste y si dice que tiene nuez, la pasta va a tener gusto a nuez y vas a sentirla al morder o probar bocado, como diría mi abuela. En fin si llueve, hay que ir con tiempo porque hay fila, pero siempre alcanza todo lo que se prepara para que todos tengamos alguna pasta fresca en la mesa del domingo. Mientras alguien prepara el almuerzo podes llevarte unas buenas empanadas hasta que se sirva la mesa, nunca se pierde el tiempo cuando hablamos de morfi.

La Nueva Romagnola es un laboratoro de ricura.
Como te decía, muchas familias son tradicionales en el barrio porque nos dan rico alimento, hecho con amor. Por eso es que de camino al centro y yendo por Lavalle vamos a llegar hasta Pellegrini y ahí, de este lado del barrio, en el límite con Echesortu, pero de nuestro lado, van a encontrarse con el Loco Sambe. No hay chance de dejar afuera este bar. Cuando los partidos se veían en bares, colmábamos el bar para verlo ahí. En su pantalla gigante, vimos a Argentina clasificar en el último minuto y saltar todos para festejar como si no hubiera un mañana, los de Newells y los de Central, de Pellegrini para acá y para allá.
En fin esta es una reseña casi puramente gastronómica, así que hablemos de todo lo rico que el bar tiene para ofrecer. Primero, adivinen quienes atienden? Si atienden sus dueños, unos hermanos, amigueros y vecinos del barrio, obvio. El carlito del Sambe es sin igual, hay varias versiones, el de pollo no es para dejar pasar. El sándwich primavera, está hecho en el momento y les juro que no se van a arrepentir, con cervecita fresca. Todas las minutas del bar, cada una tiene su encanto. Y el café… a la mañana, con un bizcocho recién horneado. Insisto un buen café, nunca se debe menospreciar.

La vereda del Loco Sambe es ideal para degustar un Carlito con un chopp fresco.
En fin, esta reseña no es corta y sin embargo no alcanza para contarles más detalles de este hermoso barrio de la ciudad. Creo que hay una característica que lo hace especial, todo absolutamente todo lo que les conté, se ofrece desde el corazón de muchas familias del barrio, siempre pensando en crecer, en ser pujantes, pero conservando lo que consideramos es un privilegio, que no pretendemos cuestionar, comercios de cercanía, atendidos por sus dueños, todo casero, con amor y generosidad. De Cinco Esquinas o Bella Vista, la puerta grande de ingreso al Oeste, intrínsecamente rosarinos, artesanos de corazón.
Otro día podemos hablarte de alguna que otra curiosidad del barrio porque no todo en la vida es morfar.