El Riel, con sus 104 años de historias en el lomo, es una de los bares abiertos más viejos de Rosario. Forjado en 1915 como “despacho de bebidas, almacén y forrajería” en la época en que Pichincha era territorio de tangueros y rufianes, hoy en día ya no es más ni almacén ni forrajería pero su rica historia -de alguna manera u otra- se percibe entre las viejísimas botellas exhibidas en un antiguo mueble, la barra y la pintada sobre la ventana que anuncia la venta de “chopp al hielo”.
Resucitado de las cenizas en 2015 luego de permanecer cerrado por un par de años, sus actuales propietarios le aplicaron una remodelación integral que lo arrancó del lento ocaso de sus últimos años.Y consiguieron mantener el espíritu de bodegón pero mezclado con un bar de noche con música fuerte, una buena barra con tragos de autor y “cocina de inmigrantes”: es decir comida sabrosa, recetas tradicionales y tapeo.
Las presentaciones de libros, los Carnavales de Pichincha -organizados aquí mismo- los programas de radio en vivo, ciclos de vinilos, y el transformarse en set de filmación de películas y videoclips le terminó de dar a El Riel un carácter cultural y cierta bohemia. ¡Y además tiene varios logros para mostrar! Fue el primer bar en traer una canilla de chopp Santa Fe (el liso tirado es su quintaesencia), puso de moda la sidra tirada 1888 con hielo e impulsaron el revival del aperitivo Amargo Obrero, que culminó con la declaración de este como bebida del patrimonio cultural de la ciudad de Rosario. Y sí, El Riel es boliche que más botellas de Amargo Obrero vende en toda la República Argentina (dato, no opinión).
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El Riel consigue generar esa genial atmósfera típica de los buenos bares españoles: mucha gente amontonada pasándola bien, en la vereda, en el salón o en la barra (tiene una muy buena barra para instalarte cuando vas de a pocxs). Los platos emblemas son los pinchos de chorizo a la sidra (salen con chucrut cocido sobre papas confitadas, ¡ojo! se pueden comer tranquilamente sin que caigan pesados); las croquetas de boga (rebozadas con semillas y crocantes por fuera, cremosas con base de bechamel por dentro); el carlitos de vitel toné de pollo (¡una lo-cu-ra!, atreviéndose a innovar sobre el sándwich más tradicional de la cocina rosarina: aparte de lo que indica su nombre lleva pimiento asado, aceitunas negras, queso y huevo rallado); y para cuando ya se instala el invierno la estrella del lugar es el goulash con spaetzles, un plato de origen austrohúngaro ideal para calentar el cuerpo cuando pega el frío (guiso de ternera, paprika y vino tinto acompañado de microñoquis). Y de yapa, si hace frío mirá el pizarrón porque puede ser uno de esos días en que la sugerencia es guiso de rabo de toro…agradecele al cielo y probalo.
Para terminar, la barra de tragos ofrece una linda variedad, todos los tragos de la casa llevan Amargo Obrero, destacándose el Lucha de Clases (licor francés, gin inglés, jugo de naranja y amargo obrero), en vermutería asoma la cabeza el que se prepara con bitter, Amargo Obrero, jugo y rodaja de limón y una ramita de romero prendida fuego; de los gintonics pisa fuerte el Boca Roja, de esencia dulzona (pomelo, pimienta rosa y sirope de frutos rojos); y la sangría más pedida (Naranja Mecánica) tiene vino blanco, jugo de naranja, sidra y hesperidina, servida en un pingüino dorado, ¿que tul?
#ExtraTip: El Riel es un excelente lugar para tener una cita: buena musica, acogedor, oscuridad óptima y sobre todo, los de la mesa de al lado no van a escuchar tus chamuyos.
Rivadavia y Pueyrredón / B° Pichincha
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De martes a domingos de 18.30 al cierre (1.30 hs apróx.)
Durante la cuarentena, envíos a través de Pedidos Ya. De martes a domingos de 19 a 23 hs.
No hacen reservas ni envíos.








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