Bueno, Comedor Balcarce debe ser el bodegón más conocido de toda la ciudad. Ahí donde zona centro se transforma en Pichincha, en la familiar esquina de Balcarce y Brown. Acá el morfi es ley, y como dicen ellos “se puede joder con cualquier cosa menos con el morfi”.
Basta mirar hacia adentro, a través del vidrio, para empezar a meterse en ese universo de olores a comidas caseras, ambiente familiar, algunas reliquias típicas de bodegón y esos platos abundantes que en algún momento de su historia hicieron que lo rebautizaran como “El vómito” (los comensales decían que para terminar el plato había que vomitar y seguir comiendo).
Desde 1961, el Comedor Balcarce sigue manteniendo la misma carta. “Jamás cambio ni cambiará”, se ufanan. Los mozos, con años de oficio, no son de esos que te vienen a franelear la espalda ni a hacerse los amigos, no se caracterizan por ser Mr. Simpatía. Eso sí, te atienden rápido y bien.
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Es el último plato que queda en todo el mundo mundial. ¿Lo compartís? ?
En fin, dijimos que la comida es lo esencial así que allá vamos. Una buena entrada en El vómito siempre es la típica empanada de carne, hecha con la tapa clásica, bien jugosas y dulces (fans de las empanadas saladas, ¡abstenerse!).
Y acá se viene otra opción muy fuerte para compartir en una entrada, dicen que quizás sea el último bodegón del país en donde lo siguen preparando: el higado cebollado, sólo acá. Te lo sirven repleto de un sofrito de cebollas dulzonas. ¡Ojo con esto! Ni se te ocurra decirle al mozo algo tipo “colchón de cebollas” porque es probable que te clave un cuchillo en el ojo… están avisados). No es un plato para tibios.
Y para el plato principal vamos a dejar dos opciones. Una de milanga, como no podría ser de otra manera, la Milanesa especial Balcarce, ¿que nos contá? Ya el nombre solo te da a cosa importante. Viene gratinada, con morron en conserva, huevo frito y papas rejilla. Sin embargo, acá hay algunos que preferimos la clásica napolitana. Todo bien con el queso gratinado, pero sin la salsa y el jamón no nos conformamos.
El otro principal, bien de este bodegón, es el omelete de pavita, un invento de la casa. Sin embargo, no es un omelete (vaya a saber por que le han puesto este nombre!!), es un canlelón de salsa blanca y pavita, empanado y frito. Mozoooo, marche uno de estos pa´ acá!!
Y cuando llega el invierno también llega la hora de los guisos: de lentejas con chorizo, de polenta con albódigas y salsa, y también hacen guiso de mondongo (otro plato que parte aguas). Y ya sabés, ¡sólo en invierno! No vayas a pedirle guiso al mozo un 20 de noviembre porque ya te avisamos lo que pasa…
Para beber, lo clásico, es un bodegón. Chopp tirado Quilmes, vermut Cinzano, y desde hace unos meses el propio malbec Comedor Balcarce, con seis meses de barrica. Y tambíen tienen la tan necesaria jarra de agua potable fría y gratís. ¡Y pero eso es una obligación! Nos van a decir. Y si, es una ordenanza, pero bueno acá ya lo hacían desde antes y están tan orgullosos que hasta le pusieron nombre los chingüengüenchas: La gran Parána. ¡Mirá vo!!!
#ExtraTips:
# 1. Para tener una verdadera experiencia Comedor Balcarce, los que saben recomiendan que apenas venga el mozo a traerte la carta vos le pidas una empanada y un vermú roso con rodaja de limón, hielo y soda. Ya con eso, vas a poder mirar la carta con claridad. Eso es empezar la comida con el pie derecho. Es más, hasta capaz que te hacés amigo del mozo.
# 2. Desde hace unos años incorporaron el envío a domicilio. Y si bien la experiencia nunca es la misma, cuando uno está con fiaca siempre es una buena opción.
# 3. Postres: en el Comedor se le hace culto al flan con dulce, bien amarillo, pum para arriba. Pero también van muy bien los panqueques, el budín de pan y el queso y dulce.
Brown y Balcarce / Macrocentro
Lunes a sábados de 11 a 14.30 y de 19 a 22.30 hs.
Hacen envíos en el 0341 425-6765 y por Pedidos Ya.
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