Bocha es otra más de las pequeñas heladerías de la nueva ola del helado rosarino. Desde su pequeño local –mezcla de heladería con galería de arte– rompen el esquema con su variedad de sabores frutales (que incluyen gustos combinados, ver más adelante el limón de Paraguay con jengibre) pero también con delicias a la crema, que todo buen rosarinx catador de helados tiene la obligación de degustar.
Salidos de la inventiva de su maestro heladero, Julian Trotte, un pastelero especializado en postres con experiencia a lo largo del mundo, los cambiantes sabores de Bocha aparecen como si se tratara de un juego de niños imaginando resultados y mezclando materiales. “Nosotros queremos mejorar día a día para crear cosas nuevas para seguir disfrutando, nos gusta que la gente nos exija, que nos pida probar sabores”, dicen.
Ver esta publicación en Instagram
Y esa es una de las características de Bocha, sabedores de que tienen gustos extraños, te van a dar de probar todos los gustos que quieras para que elijas el que realmente te guste. Es parte de su filosofía, eso y hacerte algunas preguntas para guiarte con el sabor que más se ajuste a tus gustos. “Anímense a sabores que tienen nombres extraños porque tratamos de que todos los sabores sean empáticos para el paladar”, rematan.
En el fondo el local se hace toda la producción, en base a materias primas naturales y “con la receta de antes”. Y cada sabor que sale viene con una historia particular, como la del limón del Paraguay con jengibre, que surge de un árbol que el otro socio (Ariel Hamoui) tenía en el patio de su casa y que era un problema por la cantidad de frutos que daba. Y así fue como esa mandarina con gusto a limón se convirtió en un helado estrella para el pegajoso verano rosarino: bien refrescante, con la acidez especial de ese tipo de limón y la persistencia del jengibre que se siente como un hormigueo en la punta de la lengua (catadores de helado, este gusto es una O-BLI-GA-CIÓN!!!)
O el chocolate con oliva y sal (SI, DIGAMOS LA VERDAD, uno lo escucha y dice PUAJ).. “Encontré un equilibrio, se crea otro sabor y se sienten los tres creando un cuarto, sin saturar uno con otro”, explica el maestro. Y la verdad que nada de puaj, es riquísimo, el aceite de oliva no se percibe como estamos acostumbrado y la sal resalta todo. El resultado: un chocolate tirando a mousee, fuerte y de consistencia pastosa (otro gusto a probar, ANOTEN).
Y cerramos con otro gusto que nos sorprendió, ¡este si que es una alquimia!. Chocolate blanco tostado. Ya sabemos, dirán: “chocolate blanco, ¿de qué alquimia me estás hablando? ¡Buscate un trabajo honesto!” Si, si, ok, no se pongan así. Lo que pasa acá es que al tostar en el horno los “botones” de chocolate blanco (son la materia prima) se le genera un adn totalmente distinto. Le cambia el gusto y le cambia el color, y uno siente que está comiendo algo parecido a un dulce de leche muy suave… suaaaave… y recién al final, cómo tímido, se siente un dejo del chocolate blanco que todos conocemos. Esta receta cruzó el océano atlántico desde las cocinas de Londres. Anoten de nuevo catadores de helado, este gusto también hay que probarlo.
Y si a uno no lo convenciera el helado, también podría acercarse a Bocha por esa otra movida, la del arte (el pequeño local está llena de obras de arte, hay unas miniesculturas heladofilas de Noëlle Lieber que son alucinantes); por los tragos (cada tanto organizan eventos con marcas de bebidas como por ejemplo Gin La Salvaje) o por la moda (también hacen pop ups -no se bien que quiere decir, googleenló- con marcas de ropa como Pólvora). En fin, todos los caminos llevan a que te pidas un par de bochas en Bocha.
#Extra Tips
Tienen un sabor, vainilla de Madagascar, que se hace con vainas de vainilla que -posta- viene de aquel lejano país africano. Y no es joda conseguir eso, en Madagascar se matan por obtenerlo.
Otros gustos interesantes: sambayón malbec; durazno albahaca; cuatro cítricos (limón, pomelo, naranja y mandarina) más gin La Salvaje (perdón pero este ya es de choborra) y sandía con pepino y el mismo gin.
Combinaciones que proponen desde la heladería: chocolate con naranja, arándanos al limón con chocolate con oliva y sal; chocolate blanco tostado con mandarina a la crema.
Una rareza: se juntaron con el bar El Riel, que tiene como una de sus bebidas predilectas la sidra tirada, y elaboraron el primer helado de sidra… cosa e´mandinga!
Nueva boca: Desde diciembre de 2019 tienen un pequeño puestito con algunos de sus gustos en la esquina del bar El Rosarino.
Sólo venden helado en su formato italiano, no venden paletas ni café.
Paraguay 412 (Centro)
Todos los días de 17 a 24, y los domingos un rato de 12 a 14 “para el postre del mediodía”.
$$$
Desde la cuarentena están haciendo envíos, pedidos por wapp al 3416 05-8623. Reparten entre Av. Francia, 27 de Febrero y el río.