Para esta visita a Barrio Martin nos procuramos un guía de lujo, originario del barrio (aunque ahora haya emigrado a Buenos Aires): con ustedes, el mismísimo, el polifuncional, Tomás Quintín Palma… ¡más rosarino que Steve Jobs!.
Tomi nació hace muchos años en el Pasaje Cajaraville, quizás el más marplatense de los rincones que tiene esa zona del barrio. Desde aquellos años se fue convirtiendo en el performer que hoy nos hace reir cada vez que aprece en las redes, en la tele, o ahora también en el teatro.
Humorista, actor, DJ, filosofó trasnochado, chingüengüencha, un tipo entrañable que por sobre todas las cosas es uno de nuestros #EmbajadorxsPlanaxeros y que en las próximas líneas nos va a contar los mejores secretos de su barrio.

3 de Febrero y Colón, típica esquina del barrio.
[Ya que estamos le pasamos el chivo, el próximo sábado 20 su obra “La violencia de la ternura” vuelve a presentarse en el Teatro El Picadero, de Capital. Si andás por allá ni lo dudes]
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- No puede faltar: la torta de ricota de la panadería 9 de Julio (9 de Julio 370). Esa torta es crocante, te estalla el paladar de sabores, realmente un viaje de ida hacia el goce sin precedentes en lo que son las tortas de ricota.

Las tortas de ricota de la Panadería 9 de Julio, unas de las recomendadas por Quintín.
Los lunes, ojo con los precios populares de La Social. Combinación entre precio y cantidad. Un clásico pospandemia, con los bolsillos rotos. Es lindo y su patio es interesante, destaca que los baños tienen jabón líquido.

La Social, para aprovechar los lunes.
Cafecito en el bar del parque Urquiza, al lado de las canchitas donde juegan al basquet (Le Park, en el edificio de la exestación de trenes). Te arrancan la cabeza pero tenés árboles sobre las mesas y se puede practicar el avistaje de gente que corre y de mascotas.

Hermoso lugar para tomar un cafe en el medio del Parque Urquiza.
- Y ahí aparece Kobe, un personaje emblemático del Urquiza que la rompe tooooda, sobre todo en confianza y valentía porque quizás no es tan bueno jugando pero tiene una actitud impresionante. Va vestido con la camiseta de Kobe Bryant -se hace llamar así- y está tan bien lookeado, impresionante. Un groso desde antes que el basquet sea moda como ahora. Además, la mamá siempre lo va a ver y se lleva su tuppers con albóndigas que come mientras lo mira, Kobe tiene como 40 años.

La canchita del parque en donde los equipos de basquet esperan para entrar a jugar.
- La que no está más es una pizzería sobre calle Colón, entre Cajaraville y Mendoza. Era una pizzería donde un viejo y una vieja hacían unas empanadas, las mejores del mundo; pero el tipo siempre sentado con el control remoto, patriarcado total en ese estacionamiento. La vieja iba y venía, tenía todos los pelos parados como el de Volver al Futuro del calor que tenían en esos hornos. Me comía las empanadas con Mario y Guillermo que son los diarieros de enfrente, ellos me cambiaron la vida, aprendí con ellos, fueron mis influencers.

Uno de los diarieros que influenciaron a Tomi, en Mendoza y Colon.
- Es obvio, ¡el lomito del Special! Pero también está el de Vittorio (3 de Febrero y Alem), en donde una madrugada le dije al cocinero “vos me cocinaste más veces que mi mamá”, y aplaudió todo el bar, nos abrazamos, nos besamos. Vittorio ahora se renovó con pantalla gigante, es otra cosa.

El Special, lomitos de gran calidad
- Hay uno nuevo en Necochea y el rio, sobre el parque, que abrió una pizzería estilo New York (Lemmys, en donde estaba el Gran Munich), y es un planazo porque te comprás un par de porciones, un porrón y te sentás en el parque Urquiza a comer. Es un montón, es buenísimo. El teléfono lo dejás en el bolsillo, por las dudas.

Gran plan, comprar unas porciones de pizza de Lemmys y comerlas en el parque.
Para terminar, los 2 últimos irresistibles del barrio:
- 1- El Bar Blanco (Alem y Pellegrini) y su liso tirado, nada de estas cosas nuevas Ipa, Apa, nada de eso. Es increíble.

El Bar Blanco, faro de la Avenida Pellegrini.
- 2- La tortilla de La Marina (1ro de Mayo y Rioja), antes te metías ahí abajo, mientras arriba había unos griegos que rompían platos, no por locos sino por tradición. Además, salís a fumar un puchito digestivo a la vereda y tenés el Monumento a La Bandera ahí nomas para ver, y también las propiedades del papá de Messi.