#CazadorxsDeRosas
Color de la flor: hay de muchos colores
Fecha en que florece: hay flores durante todo el año menos en julio, pero a partir de octubre hasta marzo es el mejor momento.
Si nos vienen siguiendo ya saben que hacemos notas sobre plantas florecidas, así que estaba claro que, llegado el momento, era una obligación incluir a la joya recuperada de nuestra ciudad: el santuario de las rosas. Florecen durante todo el año (salvo julio y agosto, cuando las podan) pero octubre y noviembre -en ese orden- son los meses de mayor delirio rosístico.
Se inauguró allá por 1915 (13 años después que el Parque de la Independencia) siendo el segundo rosedal que se construía en el país. Estaba lleno de rosas (era obvio, ¿no?) de distintas especies y colores, con jardines simétricos y senderos de una clara inspiración francesa. Basta mirar una fotografía aérea (o el Google Maps) para notar esa onda laberíntica y versalleana. También tenía -y sigue teniendo- un pequeño lago cruzado por un puente, una hermosa pérgola, otros arbustos, y una glorieta coronando una pequeña montaña. En seguida fue un punto de encuentro y disfrute de las clases más acomodadas.
[AVISO: en los siguientes párrafos vamos a contar un poco de la historia del Rosedal. Si no te interesa mucho pero querés saber recomendaciones sobre nuestras partes preferidas de este paseo, andá directo a los últimos párrafos de la nota]
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La simetría laberíntica del Rosedal vista desde el aire (Foto: Federico Padín).
En una ciudad como la nuestra, en donde no sabemos si tuvimos fundador o no, ni desde que año existimos, es bastante lógico que no se sepan un montón de otras cosas menos importantes. Por caso, no se sabe bien quien diseñó el Rosedal, ni cómo era exactamente el día de la inauguración. Se supone que masterplanner fue el ingeniero Ernesto Aravena, porque en ese entonces era el Director de Paseos Públicos. Pero no hay ningún dibujo con su firma… bah, en verdad directamente no hay dibujo, ni plano ni nada.

El sendero principal, flanqueado por los clásicos bancos, desemboca en la glorieta elevada (Planaxia).
1925 es un año de incorporaciones fuertes para el Rosedal. Primero el Jockey Club construye un estanque en donde se instala una estatua de Diana la cazadora (hoy está en el cantero central de Bv. Oroño). Después, la comunidad española dona una fuente hecha con cerámicos de Talavera de la Reina, una obra maestra de la que mejor no hablar mucho para no amargarse por su estado actual. Solo vamos a decir que era una de las fuentes más importantes de ese estiilo fuera de España, hasta que la fueron destruyendo.

El estanque con los banquitos sostenidos por leones alados con cabeza de mujer (Planaxia).
Unos años mas tarde hubo cambios fuertes, allá por el 28. Se pusieron cercos, se cobraba entrada para ingresar y se le agregaron animales: cisnes y ¡Tatán tatán! Pavos reales!! ¿Whaaaaat? Si, nada que ver, ¿eh? También por esa época había bancos y sillas de madera. Incluso aún perdura uno, que está señalizado en el lugar en donde un Che Guevara bebé se sacó una de las primeras fotos de su vida (aunque en este preciso momento el banco está siendo reparado en el taller de preservación).
Bueno, historizamos demasiado, pero queríamos contar algo de la historia porque esta bueno saber cómo las cosas fueron cambiando hasta ser como las vemos hoy. Más adelante el cerco se sacó, los animales se fueron perdiendo, y las rosas también. En 1967 se inauguró el monumento a todas las madres, una estatua que llevaba en su interior un mensaje para abrir después 100 años pero que -dicen- se lo llevaron a los dos meses… En fin, fueron quedando cada vez menos rosas, tan así era que hasta hace unos pocos años más de uno se preguntaba por qué a ese pedazo de parque se lo llamaba Rosedal.

En 1928 lo cercaron y pusieron cisnes y pavos reales (Rosario en el Recuerdo).
Por suerte, en 2017 la Muni decidió recuperarlo. Como no había planos, trabajaron en conjunto con el siempre presente Museo de la Ciudad recolectando viejas fotos y documentos para poder esbozar el diseño original. Sólo quedaban 260 rosas que fueron trasplantadas al sector que está entre el banco del Che y el lago. Se armaron nuevos canteros y senderos y colocaron 7.200 plantas de 37 variedades distintas, priorizándose las más aguantadoras y las que más florecen, para que haya flores durante todo el año.
Así que estamos en el mejor momento de la historia del Rosedal, nunca tuvo tantas rosas como ahora. El máximo anterior habían sido 5.000… ¡hay que disfrutarlo! Todos los julios de cada año es el momento de la poda para que las plantas se mantengan vigorosas, así que a raíz de ello se inauguró la tradición de que lxs rosarinxs vayan a buscar esquejes para poder plantar los retoños en sus casas. También se recuperó otra costumbre que se había perdido: la organizar pequeños conciertos con la glorieta de fondo. Digamos que se fue poniendo linda la cosa. Ah, incluso se empezaron a hacer casamientos por civil entre las rosas. Un lujo.

Detrás de las rosas aparece la estatua Homenaje a la Madre, de Cerbino (Planaxia).
¿Que recomendamos?
- Pasear sin plan, soltarse por los caminos de rosas, leer los carteles que señalan los nombres de las especies, acercarse para oler la frescura de las rosas (tener en cuenta que cada especie huele distinto).
- Es ideal para propuestas románticas y salidas amorosas. Para apretujar hay unos banquitos que son ideales porque son chiquitos, los que están en las esquinas del estanque que donó el Jockey, sólo entra una persona, así que la otra tiene que ir sí o sí upa… Aparte esos bancos con cuerpo de león alado y cabeza de mujer son una reliquia.

De fondo el mini puente que cruza el laguito y la pérgola con la Santa Rita (Planaxia).
- Si queremos hacer una caminata filosófica o introspectiva para domar nuestros fantasmas interiores recomendamos cruzar por el puente sobre el laguito y caminar debajo de la pérgola copada por las Santas Ritas. Todo eso más los grandes pinos y eucaliptus nos predisponen al pensamiento. No pregunten mucho por qué, pero nos pintó esa.
- Si el plan es alpedear un poco, nada mejor que sentarse a descansar en los bancos que están a los costados del sendero principal, reposando la vista a veces en la hermosa glorieta elevada, a veces en las rosas que nos rodean.
- Si nos pegó la curiosidad, de para subir la escalinata y explorar la glorieta, que tiene un revestimiento de mayólicas que merece ser admirado (en agosto también florecen las bignonias que trepan).

La Sevillana, una de las 37 especies que se despliegan en el parque (Planaxia)
- Para hacer ejercicio, subir y bajar la escalinata en velocidad también es buena opción.
- Y una más: contemplar el diagrama del rosedal desde allí arriba es casi una obligación (usar la palabra must ya nos pareció un exceso).
Bueno muchaches, dar una vuelta por el rosedal sí que vale la pena. Y lo adelantamos. El día que restauren la Fuente de los Españoles esto va a ser la mismísima gloria.