Época rara para andar floreciendo, sí, pero está bien, las flores no pueden estar todas todas amontonadas en la primavera, hay que dejar algo para el resto del año.
Estamos hablando de unas flores blancas bastate diminutas, hay que tener buen ojo para poder verlas. Y el contraste es aún más grande si pensamos en el tamaño de estos árboles, de las especies más altas y grandes que podemos encontrar en Rosario.
Los árboles más viejos de la ciudad probablemente estén en el Parque Independencia. El parque se comenzó a construir en 1902 y algunos de los eucaliptus datan de esa época, por lo tanto tienen más de 100 años, llegan hasta los 40 metros de altura y se necesitan varias personas agarradas de las manos para poder darle un abrazo a sus troncos… unos verdaderos gigantes.
¿Hacemos un poco de historia? Estos gigantes no son de por acá, son originarios de Oceanía y -se dice- en Argentina fueron introducidos -a partir de semillas- por Domingo Faustino Sarmiento en 1857.
Más allá de la belleza visual que regalan los eucaliptus también hay otra dimensión a la cual estar atentos: su aroma. Por lo tanto, cuando te encuentres frente a un monte de ecualiptus cerrá los ojos, respirá profundo y acordate de nosotros.
Probablemente uno de los spots más disfrutables sea la doble fila que encontramos en Parque Alem, en el barrio de Arroyito, te podes meter y flashear que estás en un bosque.
También hay plantaciones lineales a lo largo de Avenida Belgrano, en la vereda que da al río; y en el Parque Independencia, por calle Moreno y también por Cochabamba.
Probablemente el eucaliptus más atractivo de la ciudad sea el que está donde termina la exestación Rosario Central (Wheelwright y Corrientes), ubicado en una especie de cantero gigante en el entorno de esa vieja construcción de ladrillos vistos.
Otro ejemplar para prestarle atención es el que está en el medio de Avenida Real, en Aldea, el último mohicano de la zona.
Bueno, ya tenés la data! A cazar eucaliptus! ¿Tenés alguno que no hayamos mencionado?