¿A quien no se le pone la piel de gallina cuando escucha el arranque de La Balsa? Batería, bajo, guitarra y ese organo Farfisa inconfundible
Un día como hoy de 1967 (aunque no era viernes, era lunes) salió a la venta el simple que traía el tema que cambió para siempre la música argentina.
“La balsa” venía en el lado A, compuesta por Litto Nobbia y Ramsés VII (el seudónimo de Tanguito), y el lado B traía “Ayer nomás”, que tenía letra de Pipo Lernoud y música de Moris. La letra de esta última tuvo unas pequeñas modificaciones por pedido de la discográfica.
Situémonos en ese momento de nuestro país, no existía el rock nacional, eran un puñado los que tocaban rock y cantaban en castellano, y ninguno había logrado lanzar un simple, y mucho menos un disco (de vinilo, claro).
Todxs los que estaban en esa onda se juntaban a tocar en el bar porteño La Cueva, que tenía música en vivo de 10 de la noche a 4 de la mañana. Eran una troupe de hippies rotosos, una subcultura. Por ahí aparecía Miguel Abuelo, que era artesano, Javier Martinez, que después iba a formar Manal, Moris, Pajarito Zaguri, Pipo Lernoud, Tanguito, entre muchos otros, y obviamente, Litto Nebbia y los otros gatos, que fueron los primeros que se subieron a su escenario a tocar rock.
Cuando La cueva cerraba la troupe se iba caminando por la Avenida Pueyrredón, después por la Avenida Rivadavia hasta la confitería La Perla, en el barrio de Once, frente a la plaza Miserere. Ahí desayunaban y seguían con la vida bohemia. No era un lugar rockero, los dueños no permitían que nadie grite, cante ni pele una guitarra. Pero sí había conversaciones y cuadernos en donde se escribían letras de canciones.
En una de esas madrugadas de bohemia sin un peso, Tanguito, -que era compositivamente limitado- le cuenta a Litto -que sabía tocar cosas más raras- que tenía el arranque de un tema pero que no sabía como seguir. Así que van el baño, que era el único lugar en donde se podía tocar la guitarra y cantar. Ahí Tanguito canta: “estoy muy solo y triste acá en este mundo de mierda”. Litto le cambió el “de mierda” por “abandonado”, y en cinco minutos armó el tema completo.
Al poco tiempo la banda rosarina consiguió grabar una sesión de prueba para la compañía RCA Vik. Los temas fueron registrados en vivo. En la compañía miraron a los músicos con desprecio porque estaban sucios y con ropas agujereadas. A regañadientes, la banda consiguió que saquen 500 copias de los simples a modo de prueba, a ver que pasaba. Tan poca fe les tenían que ni siquiera firmaron un contrato.
Hay una leyenda, difícil de comprobar, que cuenta que cuando le daban el simple a las radios les sugerían pasar el lado B, con Ayer nomás, pero que algunas radios rosarinas prefirieron pasar La balsa, y como el tema prendió la discográfica empezó a promocionar con fuerza el lado A.
De a poco fueron tirando más ediciones, 5 mil, 5 mil… y así para fin de ese año ya llevaban vendidas 250 mil copias. Así, La balsa se transformó en el tema del verano del 68. Y arrancó a rodar la gran rueda del rock nacional, una nueva manera de ser y vivir.
#ExtraTip: Es archiconocida la interpretación de la letra del tema que dice que La Balsa habla de furmarse un porro y salir a naufragar por ahí, “conseguir mucha madera” = conseguir mucha hierba. Parece que habla del faaaaaasooo… pero Litto Nebbia ha dicho mil veces que nada que ver, sólo es una metáfora de la busqueda de la libertad en una época de dictadura y represión cultural.