Dentro del mapa de Rosario, y en el universo de sus calles y avenidas, Ovidio Lagos es una de las más picantes. Hermanada con calle Salta o Santa Fe es sin dudas muy relevante en el territorio local. Además cuenta con una de las mejores -sino la mejor- onda verde del condado. Lagos, además de estas características, carga otras dos particularidades: corta la ciudad de punta a punta (en total son 9,8 km) y -lo más preocupante- es motivo de una duda crucial: ¿Cómo es, Ovidio u Ovidios Lagos?
En este nuevo episodio se materializa una de las grandes problemáticas locales: la “ese”. A veces falta y a veces sobra. La falta de las eses, la “S”, es sin duda una impronta de la rosarinidad. En Ovidio Lagos, la ese desaparece cuando el taxista te tira “agarro por Ovidio Lago”; y a su vez, aparece cuando te subís al bondi y le preguntás al chofer ¿vas por ovidioslagos? Por acción u omisión todo es muy confuso, así que muchos resuelven acortar y terminar con este dilema soltando un “vamos por Lagos”.
Pero queda la duda: ¿cómo se pronuncia; y quién fue este tal Ovidio Lagos?
Nuestros sabuesos dieron el primer paso contactando a Olga Corna, semióloga, quien ha analizado el tema exhaustivamente. Corna asegura que hay mucha influencia de las corrientes migratorias y explica que este argot es producto de la multiculturalidad rosarina respecto a las diversas naciones que llegaron al país configurando en todo el territorio federal múltipes entonaciones, frases “cantadas”, esdrujulización de palabras o simplemente la acción de comerse letras como particular forma de su hablado.
La aspiración de la ese, la invisibilización de esta letra, está en todos. Nadie se escapa de esta particularidad regional, aunque en algunas profesiones orales, como la locución, deben incorporarlas a la fuerza. No se habla en los medios como se lo hace en la calle, por eso fuimos en búsqueda de Roberta Gianetta, rosarina y locutora en FM Vida para ver qué onda. Roberta, dispara: “no hay una manera de enseñarlo”. La locutora dice que hay que empezar a prestar más atención a las palabras que tienen eses para no olvidarse de ellas, se necesita más conciencia.
Hay un rasgo particular ya que a la calle Lagos solemos sumarle una ese que no va, algunas veces decimos Ovidios, y entonces, Olga, ¿por qué le metemos una ese? La especialista dice que en este caso hay un desconocimiento real de un nombre y apellido, y a su vez falta de información con respecto a eso.
Pará, pará… ¿y si se llamaba Ovidios este tal Lagos? No, por favor, no seamos negadores…lo decimos mal y punto ¡más respeto! Vamos con un poco la historia de esta personalidad. ¿Quién fue Ovidio Lagos? Vale aclarar: Ovidio es un nombre y Lagos un apellido.
Ovidio Lagos no era rosarino, nació en 1825 en Buenos Aires. Vivió en Uruguay, después volvió a Capital Federal con sus padres, se dedicó un rato al comercio y ya de mayorcito, después de pelear en varios combates, se entusiasmó con el mundo de las imprentas.
De adolescente maduró en Ovidio el amor por el periodismo, y con los años logró convertirse en una de las plumas más sagaces, inquietantes y promotoras de la prensa libre. Trabajó en varios diarios porteños hasta que un día fue a ver Urquiza a su mansión de Entre Ríos y se volvió con “propuestas que le auguraban nuevos horizontes” pero que contemplaban trasladarse a otra ciudad. Fue así que el excombatinte de la Batalla de Pavón caería en Rosario para fundar el diario La Capital. Desde este matutino buscó consolidar la potencia de Rosario como ciudad.
Volviendo a la arena política, Lagos fue diputado Nacional, y tiene algunos proyectos copados en su haber, varios vieron la luz como, por ejemplo: el emplazamiento del Campo de la Gloria en San Lorenzo, la canalización de la boca del río Paraná en el Río de la Plata, la fundación de escuelas normales y técnicas y la construcción de la nueva Pirámide de Mayo, en la plaza frente a la Casa Rosada, que aún está.
Ovidio Lagos bancó desde su espacio político y su diario el proyecto de ley que convirtió a Rosario en la capital federal durante unos días hasta que Sarmiento -presidente- veró la ley y le mantuvo el título a la ciudad de Buenos Aires.
En homenaje, según la web Calles de Rosario, la antigua avenida Plata lleva -desde 1916- el nombre de Ovidio Lagos y surca la ciudad desde Rosario Norte hasta el límite del municipio, en el sur.
Para ir finalizando esta nueva investigación, despejadas las incógnitas, podemos asegurar, citando a Olga Corna, que “nadie va a poder salvarse de lo que son las cuestiones identitarias de zonas y lugares que engendran nuestra forma de hablar”.